, - octubre 24, 2016

La biomasa, una energía renovable decisiva contra el cambio climático

Vivienda con caldera de biomasa

Los avances tecnológicos en el sector de la climatización han facilitado que la biomasa sea cada vez un recurso energético más competitivo

“Las ciudades desempeñan un papel decisivo en la batalla contra el cambio climático, y la bioenergía tiene potencial suficiente para convertirse en uno de los pilares fundamentales de las políticas energéticas del futuro”. Así de tajante se muestra la Asociación Mundial de la Bioenergía en un reciente informe que destaca la biomasa como una fuente de bioenergía renovable, a precio competitivo para reemplazar los combustibles fósiles en el suministro de calor, según datos recogidos por la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (AVEBIOM) en su página web.

La biomasa es un material de origen biológico utilizado tradicionalmente como recurso energético desde la antigüedad, quemando madera para calentar las viviendas, cabañas o cuevas y para hacer funcionar las primeras máquinas en le Revolución Industrial. Sin embargo, el humo y el gran volumen necesario para transporte o almacenamiento y la poca eficiencia en las calderas o chimeneas hicieron que no fuera competitivo frente a otros combustibles.

Los avances tecnológicos en el sector de la climatización han facilitado que la biomasa sea cada vez un recurso energético más competitivo. A diferencia del gas, el gasóleo o el carbón, la biomasa es un tipo de energía renovable que presenta un balance neutro en el ciclo de CO2, contribuyendo a la reducción del efecto invernadero. Usar biomasa ayuda al desarrollo rural y reduce la dependencia de combustibles fósiles, además de fomentar la limpieza de los bosques y campos.

TIPOS DE BIOMASA

La biomasa más conocida es el pellet, formado por serrín de madera prensada que se aglomera de forma natural por la lignina presente en la madera. Las estufas de pellets tienen un costo muy competitivo en comparación con las de gas natural o petróleo. No requieren excesivo mantenimiento y generan poca cantidad de ceniza, que no ex tóxica y puede aprovecharse como abono o suplemento mineral para animales.

Además del pellet, el hueso de aceituna es uno de los combustibles ideales para su empleo en calderas de biomasa. Es una energía renovable abundante en Andalucía y genera ahorro económico en la factura energética, y el dióxido de carbono emitido en su combustión es el fijado por el olivo en su ciclo de cultivo, a diferencia de los combustibles fósiles, que incrementan el nivel de CO2 atmosférico.